Hoy conseguí un libro de Michel Onfray titulado "Cinismos: retrato de los filósofos llamados perros", cuya lectura me ha obligado a hacerme esta pregunta ¿no será el fabulista un hombre que intenta convertirse en animal (¡cazador que se transforma en la presa!) con el propósito de alcanzar una moral más pura, de la misma manera que Diógenes se hacía llamar perro y se comportaba como tal?
La pureza, entonces, quizás sea el tema fundamental de la fábula. Tiene algo del extraño silencio de Cordelia.
1 comentario:
Es un comentario muy interesante. Ahora, me cuesta pensar en una “moral más pura” con el perro de Diógenes como ejemplo. Pero sí, es muy probable como sugieres, que en ese espejo esté la tentación de cruzar al otro lado.
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